viernes, 15 de mayo de 2009
El Paso de Loushan
Cólerico es el viento del oeste.
Lejos, grazna el ganso silvestre
bajo la helada luz de luna matutina.
Bajo la helada luz de la luna matutina
el martilleo de los cascos de los caballos
se repite agriamente
y el toque del clarín resuena con sordina.
No digáis que el peligroso paso es algo inexpugnable.
En este mismo día, de un solo salto cruzaremos su cima.
¡Cruzeremos su cima!
Más allá, las colinas son como el mar, azules,
y el sol poniente es rojo, rojo como la sangre.
(Mao Tse-Tung, China)