lunes, 25 de enero de 2010
¡Feliz cumple Bocha!
Hoy Ricardo Bochini está cumpliendo 56 años. Entre las muchas cosas que tengo que agradecerle a Dios, una es haber visto jugar en una cancha a Bochini. Lo seguí durante toda su carrera, dando vueltas y vueltas, sacando todas las sortijas de la calesita de la gloria, hasta la última gambeta en ese fatídico 5 de mayo de 1991, cuando un animalito con dos patas llamado Pablo Erbín que jugaba para Estudiantes, una especie de Mark Chapman o Lee Harvey Oswald del subdesarrollo, se transformó en inesperado verdugo al propinarle el tremendo patadón que le destrozó la rodilla consumando el magnicidio que lo mandó para siempre al arcón de los sueños. Porque el Bocha fue eso: nada más que un sueño, nunca existió, lo imaginamos juntando entre todos los cachitos de bondad y belleza que siempre se encuentran en el fondo de la olla. Como el albatros de Baudelaire, cuando desplegaba las alas en el cielo del campo rival te dejaba mudo, boquiabierto y atónito ante el espectáculo sobrenatural, se te llenaba el alma de sol y lo abrazabas al que tenías al lado como si fuesen las doce de una Navidad. ¡Gracias Bocha! Una patota de santos y arcángeles todos los domingos te ataban los botines y hoy custodian tu recuerdo en el replay del corazón.
Comments:
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Muy bueno. Erbín está en mi lista negra desde chico, junto a Pajurek, el asesino de Racing de Córdoba que quebró a Islas en su mejor momento. Me gustó la comparación con el albatros baudeleriano... saludos
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