sábado, 24 de abril de 2010
Oda a un pedicuro
hoy te vi cruzando
la calle Villafañe
viejo como yo y pelado
-una joroba se te insinuaba
bajo tu camperita De la Rúa-
envuelto para regalo
con las primeras hojas del otoño
víctima del tiempo hijo de puta
que con sus ajugas negras
nos engaña acupuntura
para inducirnos al harakiri
oh ángel de la guarda de los pies
de las viejas bosteras
de los obreros navales
de marineros griegos
de Titos y Ricardos
de Rosas y Mabeles
lenguaraz de los dedos
de las muchachas en flor
consejero de los pibes de la 5ta. de Boca
limador de durezas
demoledor de callos
prolijo como un sastre
minero pédico extractando uñeros
inefables restos del ser humano
resaca que deja la vida
que se parece tanto al mar
si hasta un día atendiste a un pulpo
que se piantó de un cuadro de Quinquela
y se vino caminando hasta tu consultorio
y ahí tenías sobre la camilla
8 patas y 2 ojos chiquitos
que te miraban asustados
milagro en el barrio de los milagros
de las artes y los malandrinos
pasto del chisme y la comedieta barrial
orgulloso de tu marquesina y tu matrícula
marquesa en tu latifundio de piedra pómex
guardapolvo celeste y escaleras blancas
y un altar invertido donde te rindes
todas las tardes
ante juanetes espantosos
ante formas inauditas
hoy te vi y casi te pido
que me des nuevos pies
para caminar quién sabe hacia dónde