jueves, 24 de junio de 2010

Pirilomaníaco



Para minimalistas. Ni platos tiene. Ni mesas, ni baños, ni nada que no sea muzzarella, fainá, fugazza, fugazza rellena y un público fiel que espera que abran cuando se les cante. Un local de ocho metros cuadrados que saca pizzas en moldes de 60 centímetros de diámetro y las despacha en caja o servilleta. Si te portás bien te venden un vaso de moscato. Lo único que sobra es la mística. Mentira: también chorrea el queso y desbordan los clientes. Funciona desde 1932; desde que Pirilo murió atienden sus hijas, bastante distintas a Narda Lepes. Suelen ser las únicas mujeres en ese antro con tacheros que no dicen "hasta mañana". La fainá estaba a cargo del hermano de Pirilo, y cuando éste murió, en los años ochenta, dejaron de ofrecerla. Fue más de una década de luto para los paladares de San Telmo. Por suerte, ya hace tiempo que el dúo sale completo. Un mediodía cualquiera se escuchó a alguien decir: "Sólo por esto valió la pena haber vuelto a Buenos Aires".
Defensa 821, San Telmo

Comments:
Qué grande, hace mucho que no voy
 
de dorapa
 
Tus postales siempre admirables!
 
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